Calcular correctamente cuánto vas a pagar por un microcrédito te ayuda a decidir si realmente lo necesitas y si podrás devolverlo sin problemas. Aunque muchas plataformas ofrecen simuladores, aprender a hacer el cálculo tú mismo es una habilidad financiera clave. El primer paso es identificar la tasa de interés aplicable. Por ejemplo, si una fintech cobra 2 % diario sobre el monto prestado y el plazo es de 15 días, eso representa 30 % de interés sobre el capital. Si pediste $2,000, pagarás $600 de intereses, y tu total será $2,600, sin contar comisiones. El segundo paso es incluir las comisiones por apertura o uso. Supón que la plataforma cobra 5 % de comisión por apertura sobre los $2,000. Eso serían $100 adicionales. Si esta comisión se descuenta del monto entregado, entonces recibirás solo $1,900, pero pagarás como si recibieras $2,000. El tercer paso es agregar el IVA sobre intereses y comisiones. El IVA es del 16 %. Si los intereses son $600 y las comisiones $100, el IVA será de $112, lo que lleva el total a $2,812. Otro elemento que debes considerar es si existe un cargo adicional según el medio de pago. Por ejemplo, si pagarás en OXXO y la fintech te cobra $15 por ese servicio, tu total sube a $2,827. Así, por un préstamo de $2,000, podrías terminar pagando $827 más en solo 15 días, lo que representa un costo total del 41.35 %. Si te retrasas, deberás incluir el interés moratorio, que puede ser del 2 % diario sobre el saldo vencido. Incluso un retraso de tres días elevaría tu deuda a casi $3,000. Por eso, es importante siempre anticipar el pago. Algunos prestamistas ofrecen descuentos por pago anticipado. Si es tu caso, calcula cuánto ahorrarás y considera esa opción como prioritaria. También revisa si hay costos por renovación o reestructura, en caso de no poder pagar. Estos costos deben agregarse si estás considerando prolongar el crédito. En resumen, para calcular el costo real debes sumar: intereses + comisiones + IVA + recargos por método de pago + penalizaciones potenciales. Haz este ejercicio antes de aceptar la oferta, y asegúrate de que podrás cubrir el total sin comprometer tus finanzas básicas. Si el préstamo te servirá para resolver un problema puntual y puedes pagarlo en tiempo, es útil. Pero si te va a generar un hueco financiero mayor, es mejor buscar otra solución o renegociar los términos.